El ser humano suele ser un poco bastante miserable cuando se trata de contemplar el éxito ajeno.
No sólo el éxito, sino la calidad personal, la valía; a veces no se envidia lo que tienes sino lo que eres, que es peor, porque la materia es materia, pero realmente lo que quieren es tu alma.
El envidioso realmente no quiere algo como lo que tienes tu, quiere eso que tu tienes, lo que quiere es tenerlo, pero fundamentalmente que no lo tengas tu.
Así se llega a límites insospechados.
Me he dedicado a estudiar con cierta profundidad el tema del acoso laboral, la violencia en el trabajo, pero el trabajo resulta que es la vida misma, así que se trata de violencia física, psíquica, moral... que tiene paralelo en todos los campos de la vida.
Entreteneos si quereis con estas cosas que publiqué en su día:
http://mcarmencalderonberrocalpu.blogspot.com/search/label/Psicosociolog%C3%ADa
http://prlpsicosociologia.blogspot.com/
http://mcarmencalderonberrocalpu.blogspot.com/search/label/Acoso%20Laboral
La raíz de todos los males es la envidia.
La baja autoestima que en realidad tiene el envidioso que puede llegar a ser acosador en la versión que sea, "lo cubre de gloria" después.
La carencia de moralidad y de valores lo hace actuar.
Básicamente necesita patológicamente sentir que es alguien pisando el cuello de quien en realidad admira, pero no soporta hacerlo.
Palabras clave: Envidia, Autoestima, Celos, Admiración, Patología, Exito