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El tratamiento de Ilustrísimo no es más que el superlativo de Ilustre y se aplica a las personas de más alta categoría.
Tiene el significado de nobleza esclarecida, sin duda, célebre e insigne, etc.
Sabemos de su uso en España desde el siglo XIII dándose este tratamiento, en su origen, a los emperadores y a los reyes en Aragón. Este uso se extendió con el tiempo a los virreyes, arzobispos, grandes de España, titulados y señores jurisdiccionales. Adquirió mayor consideración que excelentísimo.
Corresponde este tratamiento a los grandes de España, condestable, almirante, duques, marqueses, condes de alto Estado; siempre Ilustrísimo, y a los demás señores no tan grandes, Muy Ilustre”.
Va seguido siempre de Señor y de Don, cuando se refiere a nombres de personas; y perdiendo la partícula Don al designarse algún título o dignidad eclesiástica; o cargo oficial o de honor.
También se usa para designar a entidades locales y a corporaciones; y en lugares como Cataluña, Valencia y Baleares se usa frecuentemente el “Muy ilustre” también en la Universidad, donde se llama también “Magnífico” al rector.