No hay que separar excesivamente lo personal, lo profesional y lo social, es incomprensible que se metan en distintos cajones las facetas de una persona, que es una solamente, grande porque somos mucho más que el cuerpo que se ve, y además libre y soberana, -si nos dejan claro está-; como si la persona fuera un sinfonier, una cómoda, una cajonera, ¡…y no…!, es una persona, con toda su grandeza, nada más y nada menos, lo que se interesa no es una parte de la persona, sino toda ella, y toda ella afecta y se ve afectada por su entorno, por sus circunstancias, por la vida.
Para las familias que dependen de los ingresos de estos profesionales es harto delicada esta situación, desprotección para quienes han aportado casi una vida a sus empleos y empresas.
Y qué decir de la persona que se encuentra soltera, de la que “no ha tomado estado”, ¡…esta sí que lo tiene crudo…!, se mantiene con su sueldo, pero resulta que éste ahora no existe. No hay otro sueldo en su casa, es el suyo o ninguno. El tema es realmente importante.
Palabras clave: Empleo, Desempleo, Contratación, Mundo Laboral, Experiencia, Juventud, Madurez, Pobreza, Vida, Problema Social.