Según el Real Decreto 286/2006 los riesgos derivados de la exposición al ruido se deben eliminar en su origen o reducirse lo máximo, teniendo en cuenta los avances técnicos y la disponibilidad de medidas para su control.
Para controlar la exposición al ruido se pueden adoptar una serie de medidas. Se debe tener una buena información y formación en prevención de riesgos laborales y en la empresa formar a los trabajadores.
La guía sobre exposición al ruido del INSHT(Instituto nacional de seguridad e higiene en el trabajo) ofrece criterios y recomendaciones que facilitan a los empresarios, los responsables de prevención, trabajadores y sus representantes, la del RD 286/2006,10 de marzo, sobre todo en lo referido a evaluación de riesgos para la salud de los trabajadores que puedan verse afectado por exposiciones a ruido y su prevención.
Para paliar este problema en lo posible, por ejemplo, se pueden establecer otros métodos de trabajo alternativos que reduzcan la exposición de la persona a esta fuente insana.
Por otra parte se debe cuidar la elección de los equipos de trabajo, estos deben ser adecuados y apropiados para que produzcan el menor ruido posible.
Cuidar el diseño, ubicación, disposición de los lugares y puestos de trabajo, con lo que se controlará al máximo la futura exposición de las personas.
El ruido puede ser aéreo o transmitido por cuerpos sólidos. La prevención del primero se puede llevar a efecto mediante pantallas y cerramientos, recubrimientos con materiales absorbentes; mientras que el ruido transmitido por los cuerpos sólidos se podrá, por ejemplo, hacer mediante amortiguación.
Es esencial el óptimo mantenimiento de lugares, puestos y equipos de trabajo; así como una buena organización que permita regular la exposición de las personas a este riesgo y a la intensidad de su exposición sea ésta cual sea.
Es necesaria la señalización para que se sepa y no se olviden obligaciones como la utilización de protectores auditivos en los sitios en que puedan superarse los niveles límites de exposición.
Una buena gestión de la prevención hará que se cuente con un programa de medidas que reduzcan la exposición al ruido y que podrán ser tanto de tipo técnico como organizativo.
Se deberán contemplar unos objetivos, unas acciones a emprender concretas; las medidas que se determine adoptar deben estar debidamente justificadas; habrá que establecer unos plazos de actuación y asignar responsables y recursos al efecto.