Un pastor alemán llama a la policía para salvar de un incendio a su familia humana. Los animales tienen inteligencia y a veces, la mayoría de las veces, nos superan a los humanos. Aquí tenéis una prueba.
Los defensores de los animales contamos cada vez con más herramientas para denunciar el maltrato y más abogados dispuestos a aplicar el Derecho en esos casos, pero el objetivo último está aún lejano: el reconocimiento legal de que los animales no son cosas, sino seres sintientes con derechos concretos que deben ser preservados y protegidos.
25/07/2014 - 19:51h
El encadenamiento a perpetuidad, una forma habitual de maltrato severo. Foto: Observatorio Justicia y Defensa Animal
Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Benito Juárez
Los derechos legales y naturales de los animales
Quienes defendemos a los animales nos encontramos a día de hoy con dos talones de Aquiles: el primero es que vamos contra la moral y la costumbre de la época, que considera a los animales como recursos, e intentamos avanzar en la consideración de los animales como sujetos de derechos a pesar de esta norma social imperante; el segundo, un panorama legal tan abrupto y con tantos matices que puede desalentar a los activistas y a los abogados más curtidos.
Los animales son sujetos morales y por tanto tienen derechos, como explicó el filósofo Oscar Horta en este mismo diario. Los derechos naturales son los que les corresponden como sujetos de intereses y seres con capacidad de sentir, como son el derecho a la vida o a no ser torturados física ni psicológicamente. Estos derechos naturales no están contemplados aún en ninguna constitución del mundo pero, en cambio, los animales sí pueden ser sujetos de derecho legal en algunas ocasiones.
Si las empresas pueden ser personas jurídicas cuyos intereses hay que proteger, ¿por qué los animales que sienten y sufren como nosotros no van a disfrutar de tener más derechos que un comercio? Pues en la práctica es difícil la aplicación de leyes efectivas cuando no se ha producido la separación entre el animal y el objeto, y los animales son considerados objetos de nuestra propiedad. Así, mi perra Isis, no sería parte de mi familia sino de mis activos personales. Esta distinción básica, que debería hacerse efectiva ya, avanza tan lentamente que hace del derecho legal una tarea de titanes.
La primera asociación dedicada a promover los derechos de los animales fue el Animal Legal Defense Fund, fundado en 1979 por Joyce Tischler. Utilizaban el derecho como herramienta para proteger las vidas e intereses de todos los animales.
Los casos más comunes en los que se requiere una defensa legal han dejado de ser noticias extravagantes para ser una preocupación real en la vida de cualquier persona que conviva con un animal. Estos abogados ofrecen asesoría y apoyo para saber qué hacer si queremos dejar en herencia nuestros bienes a los animales, cómo defendernos ante las negligencias veterinarias o cuáles son nuestras opciones en el caso (excepcional) de que nuestro perro muerda a una persona. También podemos recurrir al derecho para resolver conflictos que pueden surgir en nuestra vida cotidiana: por ejemplo, tras la firma de un contrato de adopción, a través del cual la protectora asegura el bienestar del animal; en la separación de parejas, para decidir quién se queda con la custodia de esos miembros de la familia; o, muy importante, para saber qué podemos hacer legalmente cuando somos testigos de casos de maltrato animal.
En este sentido, asociaciones en defensa de los animales han desarrollado incluso aplicaciones para que ciudadanas y ciudadanos podamos agilizar los procesos de denuncia por maltrato animal a tan solo un clic del teléfono. Es el caso de la aplicación “ Alerta Animal”, creada por el Observatorio Justicia y Defensa Animal. También está a nuestra disposición la herramienta " Yo denuncio", desarrollada por el Partido Animalista (PACMA). Los conocimientos en materia legal se ponen así al servicio de la sociedad para ayudar a los animales, retomando, 30 años después, el testigo del Animal Legal Defense Fund . Nuria Menéndez de Llano Rodríguez, asesora legal en Derecho Animal y Ambiental, y Directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal, explica: “Desde el punto de vista normativo se hace necesaria una reforma del Código Civil, que data nada menos que de 1889, para que deje de considerar a los animales cosas y sean reconocidos como los seres sintientes que son, todo ello de conformidad con el derecho comunitario, que ya asume ese diferente estatus legal de los animales".
La situación legal en España
El Código Penal de 1995 contemplaba por primera vez una defensa efectiva en materia legal para los animales. “ El articulo 632 establecía 'los que maltrataren cruelmente a los animales domésticos o a cualesquiera otros, en espectáculos no autorizados legalmente, serán castigados con la pena de multa de diez a sesenta días'" , explica el abogado Loïs Laimene Lelanchon en un artículo publicado en derechoanimal.info, web de animales con derecho, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La reciente reforma del código penal en España fue algo más específica pero aún es insuficiente, como denuncia PACMA. Además, contamos con el agravante de que cada Comunidad Autónoma tiene su propia legislación en temas de protección animal, por lo que encontramos vacíos legales y “puntos negros” de maltrato animal dentro de nuestra geografía. Según un estudio de la fundación Affinity, Castilla La Mancha y Extremadura están a la cabeza en la lista de maltrato a animales domésticos, aunque en el informe de la Guardia Civil es Andalucía la Comunidad que encabeza la lista de animales agredidos desde el año 2008. Y mientras haya esos vacíos legales, existirán esos “puntos negros” con absoluta impunidad.
Estos datos, por otra parte, son insuficientes, pues nunca se hacen listas ni se lleva la contabilidad del número de animales maltratados en los mataderos, ni en las plazas de toros, ni en los encierros de las fiestas patronales. Aquí la justicia es ciega y protectora de la infamia colectiva de nuestro país.
Raquel López Teruel, fundadora del despacho especializado en Derecho Animal " De Animals”, nos asegura que “falta conciencia política y social en el sentido de que abandonar un animal doméstico es un hecho sancionado en el artículo 631.2 del Código Penal”. Esta abogada también pone de relieve la falta de un registro de personas maltratadoras al que tengan acceso las Comunidades Autónomas y ayuntamientos, con la excepción de Valencia, donde se puso en marcha la iniciativa para evitar futuras adopciones por parte de estos individuos.
Urge para los animales una reforma efectiva del Código Penal y la creación de una Ley Nacional que ampare a todos los animales, independientemente de su especie, como sujetos de derechos. Uno de los ejemplos más ilustrativos es el hecho de que, en España, las peleas de gallos están autorizadas en las Islas Canarias, Andalucía y Murcia.
En la carrera de Derecho en nuestro país, apenas hay materias relacionadas con los animales. Solo hemos podido encontrar el máster de Derecho Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona. Esta universidad acogía recientemente el II Global Animal Law Conference, donde se pusieron en común los avances de cada país en material legal. En el Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, el ICAV, se celebrará el próximo 3 de octubre un seminario de Derecho Animal que, según ha informado Amparo Requena, portavoz del Departamento Jurídico de Modepran, incluirá ponencias de Judicatura, Policía, Abogacía y Fuerzas de Seguridad, entre otros. Se pretende así concienciar a abogados, jueces y fiscales de la necesidad, no solo de conseguir sentencias ejemplares, sino de un endurecimiento en las mismas leyes. El Colegio de Abogados de Barcelona también dispone de una Comisión de Protección de los Derechos de los Animales, presidida por Magda Oranich.
¿Abogados de las causas perdidas?
A veces la situación de maltrato extremo a la que son sometidos los animales puede sobrecogernos. Pero, sin duda, hay profesionales que dignifican la abogacía y el derecho luchando por causas que muchas veces parecen perdidas de antemano.
Contamos con varios centros de defensa de los animales, como Animalex, que “nace con el objetivo de ejercer una práctica jurídica desde la perspectiva de los animales que contribuya a normalizar la defensa de sus intereses en sus relaciones con particulares y empresas, en el funcionamiento de las administraciones públicas y ante los Jueces y Tribunales”. Animalex es un bufete de abogados especializados en derecho animal ubicado en Euskadi y fundado por María González Lacabex.
En el Centro Legal para la Defensa de los Animales, asociación sin ánimo de lucro formada por varios abogados, realizan, entre otros servicios, una labor de asesoramiento jurídico a organizaciones y protectoras por solo 9 euros al mes. Está dirigida por el prestigioso abogado de derechos animales, Daniel Dorado, quien también lleva el caso de ofensiva legal y represión policial contra los activistas por los derechos animales de dos organizaciones españolas: la ya desaparecida Equanimal e Igualdad Animal.
Uno de los ejemplos más acuciantes de vacío legal en nuestro país lo sufren los ocho santuarios de animales operativos en España que no tienen reconocimiento como figura jurídica. La abogada animalista Laia García Aliaga trabaja para lograr que se otorgue el reconocimiento específico de “santuario” a todos estos centros. Así podrán conseguir una seguridad legal en temas administrativos y fiscales, y serán una institución reconocida y valorada en el Estado español. No podemos conformarnos con menos cuando estos refugios son el único lugar que tienen los animales oprimidos para vivir en libertad.
Otra reconocida abogada en defensa de los animales en España es Anna Mulá, una de las mentes brillantes capaces de poner en jaque a la mezquindad taurina, ya que fue una de las promotoras de la victoria en Cataluña de Prou!, legendaria Plataforma que logró la abolición de las corridas de toros en la parte Este más avanzada de nuestro país.
Y cada vez más despachos como Logan Lex, en Madrid, se dan cuenta de la importancia que tienen los animales dentro de nuestra sociedad e incorporan la especialidad de derecho animal dentro de sus servicios.
Es indudable que nuestra Marca España está manchada de sangre. Ya fuimos portada en el diario The Economist con esa foto de la silueta de un toro y la “s” cayendo de la palabra "pain", dolor en inglés. Son tantos los casos de delitos contra los animales que no hay tribunales capaces de asumir tanta miseria humana. Tenemos que aprender a respetar el derecho ajeno como camino hacia la paz, y este, irremediablemente, pasa por todos los animales.
Defender a los animales en todos sus frentes es necesario y tener la legalidad de nuestra parte es importante. No son pocas las veces que, en la historia de la humanidad, la desobediencia civil ha ridiculizado a la legalidad más obsoleta. Pero las leyes son necesarias y pueden cambiarse si nosotras lo hacemos posible.
Los que compartimos nuestro día a día con una mascota sabemos lo gratificante que resulta su compañía. Está científicamente demostrado que la compañía de estos peludos aporta innumerables beneficios para nuestra salud. Y puesto que forman parte de nuestras vidas, deseamos que se involucren en ella a todos los niveles y no sólo en casa, o en el parque, o durante las caminatas diarias.
Los perros son animales gregarios a los que les gusta (¡y necesitan!) formar parte de una manada. En este caso una manada formada por humanos. Por ello se sienten inmensamente felices cuando están cerca de nosotros, de la misma manera que nosotros también nos sentimos mejor con ellos a nuestro lado. Todos los mundoAnimaleros somos conscientes del increíble vínculo que se crea entre humano y animal.
Por eso mismo, de un tiempo a esta parte se aprecia un cambio en la sociedad: ahora los perros son cada vez más aceptados y están mejor integrados en ella. ¡Y no nos limitemos a ellos! De un tiempo a esta parte funciona a las mil maravillas el revolucionario café de gatos (el primero se abrió en Taiwán en el año 1998, y en 2004 lo hizo con gran éxito otro en Osaka), un local en el que se disfruta de la presencia de varios felinos, con los que jugar y a quienes acariciar y cuidar, mientras se toma algo. Tanto se está hablando de él que en Europa ya hay tres cat cafe: un en Viena (2012), otro en París (desde septiembre de 2013) y otro en Madrid (que abrió sus puertas en octubre de 2013).
Pero aún nos queda mucho camino por recorrer, tanto por parte de unos como de otros. Si bien es cierto que a quienes tenemos perro nos encantaría poder entrar en cualquier lugar acompañados de nuestro peludo amigo, hemos de ser conscientes de que en varios sitios su entrada está prohibida, y que su presencia puede llegar a hacerse molesta para quien está a nuestro alrededor. Y de que esto puede ocurrir en espacios cerrados tanto como en la calle. Muchas personas se muestran además poco receptivos (en ocasiones intransigentes) por experiencias pasadas con propietarios poco cívicos, o simplemente porque no les gustan los perros, y acaban considerando que mascotas y dueños son los causantes de gran parte de los problemas de la humanidad. Y aquí es cuando se usa el ya conocido y habitual dicho: 'pagan justos por pecadores'.
Pero es que todos tenemos que poner de nuestra parte; en primer lugar los propietarios: tenemos que controlar siempre a nuestro perro. Nosotros somos los responsables de todo lo que haga: podemos considerar inofensivo que 'salude' a una persona y le olisquee la mano. Pero esa persona puede tener algún tipo de fobia, alergia o simplemente se puede sentir incómoda... Por otro lado, y aunque a estas alturas parezca obvio decirlo, estamos obligados a recoger los excrementos de nuestro perro en la vía pública. Y sí, parece obvio, se repite hasta la saciedad y los ayuntamientos sancionan la no recogida,... ¡Pero sigue habiendo 'regalitos' por nuestras calles! Así que, a los señores propietarios de perros que no recogen las 'caquitas' de sus perros: ¡Seamos cívicos, por favor!
En definitiva, debemos tener presente siempre que hay que respetar a quienes no sienten lo mismo que nosotros por los perros. Lo que a nosotros nos puede resultar habitual y lo más normal del mundo, puede no serlo para otra persona de pensaientos o sentimientos distintos.
Por su parte, esas personas que no tienen perro, a quienes no les gustan (cosa perfectamente respetable y entendible) y que parece que se han olvidado de la tolerancia (sí, eso que últimamente escasea en nuestra sociedad) también tienen deberes. Tratan a todos los propietarios de perros generalizando y tratándolos por igual en base a comportamientos poco cívicos de una minoría. Y por favor, no generalicemos. Seamos tolerantes y tratemos de aprender a convivir con los animales que nos rodean. La Tierra no es propiedad exclusiva de los humanos (aunque lo parezca y algunos así lo crean).
Es importante que los dueños o futuros dueños de perros sepamos que los perros no vienen enseñados nada más nacer. Es muy importante la educación de nuestras mascotas para que puedan convivir en nuestra sociedad sin causar problemas. El adiestramiento canino nos podrá ayudar en esta tarea que no siempre es sencilla. Repetimos: los perros, como los humanos, no nacen enseñados.
Cuando nuestro perro esté educado entonces podremos disfrutar aún más de él y podremos llevarlo con total tranquilidad a lugares públicos. Restaurantes, museos, tiendas, hoteles, campings, casa rurales, playas... y todos aquellos lugares donde acepten a nuestro miembro de la familia. En la web www.mascotasbienvenidas.es podréis encontrar más de 17.000 lugares donde permiten la entrada de perros o, como dirían los ingleses: pet friendly.
Para terminar os dejamos con una máxima que nos debería servir de inspiración: 'Un perro educado y un dueño cívico son las mejores armas para ganarnos el respeto de los demás.'
Esto es una obra de caridad. Esto es en Alemania, dispensadores de alimento para animales callejeros. en muchos paises o ciudades se podria hacer esto si tan solo todos colaboraran
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=564595670329369&set=a.141457239309883.26046.100003368222848&type=1&theater
POR FAVOR, FIRMA Y DIFUNDE, ES MUY IMPORTANTE, NO PODEMOS PERMITIR QUE CONSIGAN ESTO!!!
NO A LA LEGALIZACION DEL ENTRENAMIENTO DE GALGOS CON VEHICULOS A MOTOR EN CASTILLA LA MANCHA.
PLEASE, SIGN AND SHARE, THIS IS VERY IMPORTANT, WE CAN'T ALLOW THEM TO GET AWAY WITH THIS!!!
NO TO THE LEGALIZATION OF GALGO TRAINING WITH MOTORIZED VEHICLES IN CASTILLA LA MANCHA REGION....
S'IL VOUS PLAÎT, SIGNE ET PARTAGE, C'EST TRÈS IMPORTANT, NOUS NE POUVONS PERMETTRE EUX À SORTIR AVEC CELA !
NON À LA LÉGALISATION DE LA FORMATION DE GREYHOUND AVEC DES VÉHICULES AUTOMOBILES DANS LA RÉGION DE CASTILLA LA MANCHA.
POR FAVOR, FIRMA AQUÍ / PLEASE, SIGN HERE / S'IL VOUS PLAÎT SIGNEZ ICI: http://www.change.org/es/peticiones/dirección-general-de-agricultura-y-ganadería-de-la-junta-de-castilla-la-mancha-no-a-la-legalizacion-d-el-entrenamiento-de-galgos-con-vehiculos-a-motor-en-castilla-la-mancha
Hola Mcarmen,
¡Hoy es un día histórico!
¡Hemos conseguido prohibir la importación de foie gras en la India!
El Ministerio de Comercio e Industria de India ha prohibido la importación del foie gras en respuesta a la petición de Igualdad Animal. [1]
Este nuevo éxito se engloba dentro de la campaña mundial que iniciamos en julio de 2012 cuando presentamos una investigación en granjas de foie gras españolas y francesas y cuyo impacto y repercusión se extendió a varios países europeos. Puedes apoyar nuestro trabajo de investigación aquí.
Estas granjas exportaban foie gras a India y desde Igualdad Animal solicitamos al Ministerio de Comercio e Industria de India la prohibición de la importación de foie gras, adjuntando un extenso informe mostrando los resultados de la investigación y el terrible maltrato animal inherente a esta industria.
¡Y lo hemos conseguido!
En palabras de Amruta Ubale, coordinadora de Igualdad Animal en India, "este es un nuevo hito en la defensa de los animales en India. El foie gras es un producto obtenido maltratando brutalmente a los patos. No es casual que haya sido prohibido ya en 18 países. En India no se producía y nos alegra enormemente que el Ministerio de Comercio e Industria haya respondido a nuestra petición prohibiendo su importación”.
Estamos consiguiendo victorias reales para los animales, afíliate ahora a Igualdad Animal y ayúdanos a continuar: http://bit.ly/Afiliate-a-IgualdadAnimal
Por los animales,
[1] http://dgft.gov.in/exim/2000/NOT/NOT13/not8713.htm
Amanda Romero
Coordinadora de Igualdad Animal en España
Así como el racismo es la discriminación de quienes no tienen ciertos rasgos físicos y el sexismo la de quienes no son de cierto sexo, la discriminación de quienes no pertenecen a una cierta especie (la humana) ha recibido el nombre de especismo.
La situación que hoy sufren los animales no puede ser considerada justa. Por el contrario, responde a una actitud que podemos evaluar de forma semejante a la que causa la discriminación de muchos seres humanos.
El ámbito académico no ha sido ajeno a esto. El autor de este artículo es profesor de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Santiago de Compostela.
Óscar Horta
Una mirada más allá de la especie. Fotos de Ernst Vikne, Wilfredor y Biswarup Ganguly.
La consideración por los animales ya no es una cuestión anecdótica que interese a muy poca gente. Hoy existe un movimiento creciente de personas concienciadas con su defensa, que rechazan su explotación y reivindican que los animales deben ser plenamente respetados.
El ámbito académico, y más en concreto el de la filosofía moral y política, no ha sido ajeno a esto. También en él se ha disparado el interés sobre este tema. En línea con lo que es propio a su campo de trabajo, desde esta disciplina se han examinado los argumentos a favor y en contra de la defensa de los animales. Se han revisado las evidencias que los respaldan y se ha indicado cuáles de ellos llevan a contradicciones o posiciones injustificadas.
A continuación vamos a ver cuáles son esos argumentos. Ello, mejor que cualquier otra cosa, nos puede mostrar por qué hay cada vez más gente que se toma en serio la defensa de los animales.
Un punto de partida útil para examinar esta cuestión pasa por empezar considerando qué es lo que ocurre en el caso de los seres humanos. El hecho es que entre estos hay muchos que, desde luego, distan de ser respetados. Entre los seres humanos han existido y existen múltiples discriminaciones: xenofobia, homofobia, racismo, sexismo... Y a lo largo de la historia no han faltado los intentos de justificarlas. El racismo y el sexismo, por ejemplo, han sido defendidos sosteniendo que los “blancos” o los varones son superiores al resto por estar en una situación de poder. O apelando a la solidaridad mutua de quienes pertenecen a tales grupos. Afortunadamente, cada vez más gente considera a día de hoy que tales argumentos son inaceptables, y que de ningún modo pueden justificar que se trate a unos mejor que a otros o a otras.
Estas discriminaciones también han sido defendidas, en otros casos, afirmando que “blancos” y varones son intelectualmente superiores al resto. Hoy sabemos que tal suposición es totalmente absurda, obviamente. Pero, además, hay otras razones para rechazar tal razonamiento. El hecho es que este mismo argumento ha sido usado para discriminar a aquellos seres humanos que no poseen ciertas capacidades cognitivas complejas. Y hay muchos seres humanos con diversidad funcional intelectual que están en tal situación. Más aun: todos y todas, en algún momento de nuestras vidas, hemos carecido de tales capacidades. ¿Cuándo? Pues cuando éramos niños y niñas de corta edad.
Así, si este argumento fuese aceptable, ello significaría que la discriminación contra todos estos seres humanos estaría justificada. Por fortuna, sin embargo, esto es totalmente rechazado por mucha gente. Es inaceptable por completo tratar a alguien peor que al resto porque no posea unas capacidades intelectuales complejas. Todos los seres humanos deben ser respetados. Debemos, pues, dar todo nuestro apoyo a quienes luchan por los derechos de quienes están en tal situación.
Veamos ahora qué sucede en el caso de los animales. O, para decirlo con más exactitud, en el caso de los animales de especies distintas a la nuestra (pues los seres humanos no somos vegetales, ni hongos, protistas, arqueas o bacterias, sino que también somos animales).
De manera cotidiana, los animales no humanos son considerados poco más que cosas. Se actúa con ellos como si no mereciesen ningún respeto mínimamente significativo. Y, así, son explotados de las maneras más terribles para beneficio humano.
A menudo se da por obvio que actuar así es correcto. Se da por supuesto sin más, hasta tal punto que no se piensa que sea necesaria ninguna explicación. Se asume que hemos de respetar a los seres humanos y no a los demás animales porque sí, por el mero hecho de que unos son humanos y otros no. Pero “porque sí” no es ninguna justificación. Es necesaria alguna razón que respalde tal posición.
¿Qué argumentos se pueden dar para defender tal actitud? Muchas veces se indica que solo los seres humanos merecemos respeto pleno porque poseemos ciertas capacidades intelectuales complejas de las que carecen los demás animales. En otros casos, se sostiene que tenemos sentimientos de simpatía o solidaridad por otros miembros de nuestra especie, pero no por los demás animales. Y, en otros, se dice simplemente que somos más poderosos que los demás animales, y que ello legitima nuestra conducta hacia ellos.
¿Nos suena esto conocido? Por supuesto. Estos mismos argumentos son los que han sido empleados para discriminar a muchos seres humanos. Sin embargo, como vimos, consideramos que tal discriminación es totalmente intolerable. Ahora bien, siendo esto así, no podemos aceptar que tales argumentos sean válidos. Si solo hemos de respetar a quien tiene ciertas capacidades intelectuales, ello supone que no hay que respetar a los seres humanos que no las poseen. Y lo mismo ocurre en el caso de la simpatía o las relaciones de fuerza. Si, por el contrario, tales argumentos no son aceptables, no pueden justificar tampoco, pues, que se discrimine a los animales. El argumento no puede funcionar solo en el caso de los animales. Eso equivaldría, en realidad, a seguir afirmando que solo se debe respetar a los seres humanos “porque sí”. Y, como ya hemos visto, “porque sí” no es ninguna justificación.
Hay quienes pueden pensar que con esto se está insinuando que los seres humanos excluidos o sin ciertas capacidades intelectuales podrían ser denigrados y desconsiderados como hoy lo son los animales. En realidad es justo al contrario. Como acabamos de ver, quienes realmente apoyan dicha desconsideración son quienes argumentan en contra de los animales. Son ellos quienes (probablemente sin darse cuenta), están empleando razones que, si fuesen aceptadas, supondrían la denigración, discriminación y explotación de un gran número de seres humanos. En cambio, quienes critican esos argumentos no solo están protegiendo a los animales no humanos. También están defendiendo de cualquier ser humano que pudiese verse excluido o excluida por dichos argumentos.
Todo esto tiene sentido, además, si pensamos en lo que resulta relevante para que nos respeten. Para vencer en un campeonato de ajedrez seguramente sea necesario tener ciertas capacidades intelectuales. Pero para respetar a alguien debería ser necesario simplemente que pueda sufrir y disfrutar. ¿Por qué? Pues porque, en el sentido más básico, respetar a alguien es evitar que nuestros actos y omisiones le causen un daño. Siendo esto así, lo relevante para que necesitemos el respeto de los demás, ¿qué es? Pues no es el hecho de ser humanos. Es tan solo que tengamos la capacidad de sufrir daños. Ni más, ni menos. Y tal capacidad no la poseemos solo los seres humanos. La tienen todos aquellos animales que, por poseer un sistema nervioso centralizado que procesa y codifica información para convertirla en experiencias, tienen la capacidad de sufrir y disfrutar. Esto supone que todos los animales sintientes necesitan ser respetados independientemente de cuál sea su especie (lo que explica también la diferencia entre la defensa de los animales y el ecologismo).
Por último, podemos examinar de un modo muy sencillo si nuestra actitud hacia los animales no humanos está justificada. Simplemente tenemos que pensar qué nos parecería aceptable si nos pusiésemos en su lugar. A día de hoy los animales sufren daños terribles para nuestro beneficio. Imaginemos que, para recibir tales beneficios tuviésemos que padecer esos mismos daños que padecen los animales. Sin duda nos parecería un coste inaceptable. Si eso es así, no puede ser justo que lo sufran los animales. No resulta justificado comportarnos con los demás como nunca querríamos que se comportasen con nosotros o nosotras si estuviésemos en su lugar.
En definitiva, ¿qué muestran todas estas razones? Pues que la situación que hoy sufren los animales no puede ser considerada justa. Por el contrario, responde a una actitud que podemos evaluar de forma semejante a la que causa la discriminación de muchos seres humanos. Por esto, hace ya varias décadas fue acuñado un término para nombrar tal actitud. Así como el “racismo” es la discriminación de quienes no tienen ciertos rasgos físicos y el “sexismo” la de quienes no son de cierto sexo, la discriminación de quienes no pertenecen a una cierta especie (la humana) ha recibido el nombre de especismo.
Este es un término nuevo que puede que nos llame la atención. Pero, como hemos visto, hay fuertes argumentos para concluir que la mayoría de los seres humanos somos especistas con los animales.
Estas ideas llevan ya bastantes años debatiéndose en el campo de la filosofía moral y política. Pero a día de hoy su discusión ya comienza a tener lugar también en el conjunto de la sociedad. Esto sin duda le resultará muy chocante a bastante gente. Es normal. Es lo que ocurre cuando alguna idea nueva revuelve la forma de ver las cosas que teníamos antes. Por este motivo, muchas veces se reacciona queriendo ridiculizar la defensa de los animales. Pero que una idea resulte correcta no depende de lo nueva o vieja que sea. Y ridiculizar una idea es algo muy distinto de rebatirla. Para esto último hacen falta razones. Y, como hemos visto, aquí las razones están de otra parte. De la parte de quienes apoyan que se respete a los animales. De la parte de quienes se oponen al especismo y a las discriminaciones arbitrarias. De la parte, en definitiva, de quienes simplemente defienden que actuemos de manera justa con los (y las) demás, independientemente de cuál sea su color de piel, sexo o especie.
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